Liberación Nacional y No-Reelección (141)
Esto
sería el pacto que se dice cocinado para garantizarle perpetuación en
el poder e impunidad a los delincuentes que han gobernado el país
durante los quince años de oprobio.
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Corre
en el extranjero el rumor de que Cuba ha pactado con Estados Unidos el
resultado de las elecciones parlamentarias en su colonia de Venezuela, que dicho pacto cuenta con la aprobación
del Vaticano y la aceptación de la MUD. Lo informa Luis José Semprún,
joven abogado y destacado columnista, con estas palabras: “Dentro
del marco de un nuevo credo internacional, según el cual lo más
importante es garantizar la paz y la estabilidad de las naciones, aunque
triunfe la impunidad, Raúl Castro y sus aliados orquestaron un plan…. El
plan consiste en negociar con la MUD un triunfo apretado de la
oposición en las próximas elecciones parlamentarias, para que ésta
obtenga una mayoría simple, incapaz de modificar la estructura actual de
poder. El nuevo presidente de la Asamblea Nacional sería un conocido dirigente opositor…. En
esta operación participan los mismos factores internacionales que
promueven una transición controlada en Cuba y un acuerdo de paz con las
FARC; es decir, Raúl Castro, el Departamento de Estado y, aparentemente,
también el Papa Francisco, quienes consideran que la estabilidad es más
importante de la justicia”.
No pongo en duda que efectivamente se haya pactado lo dicho por los indicios siguientes:
1.-
El Secretario de Estado de EE UU, John Kerry, declaró al periodista
Andrés Openheimer hace poco tiempo que estaba negociando con Cuba sobre
Venezuela. Más claro no podía ser: Estados Unidos reconoce a Cuba como
propietaria de Venezuela y a nuestro país como protectorado de Cuba. Y,
en consecuencia, incluye a Venezuela en el paquete que negocia con Cuba.
Esto se llama “política realista”, inmoral pero realista. Merece este
trato un país con un gobierno títere sin oposición, cuyo rol está
usurpado por colaboracionistas. Y peor aún: un país sin ejército, porque
no lo tiene desde cuando perdió la soberanía sin disparar un tiro
obedeciendo a un infiltrado cubano en función de Comandante en Jefe.
2.-
El líder eterno del partido más colaboracionista declaró textualmente
hace pocas semanas: “una nueva mayoría en el Parlamento no implicará la
salida inmediata de Maduro, pero sí conducirá a la estabilización del
país.” Comunicó así la orden recibida por el pacto entre EE.UU. y Cuba:
“ustedes, colaboracionistas, tendrán mayoría pero no suficiente para
cambiar el gobierno y el sistema, si acaso lo pretendieron alguna vez, y
en consecuencia tienen que garantizarle estabilidad a Maduro.” A buen
entendedor, pocas palabras bastan: la victoria de los colaboracionistas
será únicamente para darle un respiro a Maduro, a fin de que aguante
hasta el final del período. ¿Que las encuestas indican, según los
propios colaboracionistas, que podrían ganar con hasta el 75% de los
votos? Esto no importa. Se aplica el método del referéndum de 2007, que
perdió Chávez por paliza pero nunca se dieron los resultados definitivos
dejándolo en una diferencia parcial por una cantidad mínima. En su
soberbia el perdedor la llamó “victoria de mierda”. Y lo fue en verdad
porque de todos modos hizo lo que le dio la gana.
3.-
Al líder eterno del segundo partido más colaboracionista ya lo llaman
“presidente” sus propios partidarios, haciendo ver que lo será de la
Asamblea Nacional para la cual le han garantizado su elección, apartando
a cualquier rival de peso.
4.-
Anuncian el regreso del jefe eterno del tercer partido más
colaboracionista, no teniendo otra explicación de estar arreglado su
juicio para decretarse su libertad inmediata apenas esté en el país.
5.-
Finalmente el Papa Francisco ha exhortado a los Obispos de Venezuela,
en ocasión de su visita anual, a procurar el diálogo y la reconciliación
entre dos sectores que simulan estar enfrentados: títeres y
colaboracionistas, cuando son los socios que sostienen la tiranía
comunista. Ellos dialogan todos los días y no necesitan reconciliarse
porque no están peleados. Si Dios es uno y trino, títeres y
colaboracionistas son dos en uno.
Estos
hechos hacen presumir el pacto de que se habla, a ejecutar por títeres y
colaboracionistas. Los que no somos ni lo uno ni lo otro,
debemos hacernos estas preguntas: 1) ¿Tiene viabilidad este pacto
infame, en el supuesto de que se confirme?; y, 2) En todo caso, qué
debemos hacer para impedir que queden impunes la traición a la patria,
el saqueo a la Nación y los crímenes de lesa humanidad, y de este modo
Venezuela quede en manos de una versión criolla de la mafia rusa, en la
cual se transformó la jerarquía comunista soviética?
1 comentarios:
Pura Paja!
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